De la EMCA y de Gonzalo, su director

A Gonzalo Arias ,director de la Escuela Municipal de Circo de Alcorcón (EMCA) lo conocí en Cuba, en 1991, cuando se acercó como alumno a un taller de clown en la Escuela Internacional de Teatro Para América Latina y El Caribe. Allí convivimos un mes, los casi 100 participantes entre profesores y alumnos de todo el mundo, casi aislados en una escuela en medio del campo a unos 15 Km. de La Habana que la crisis y el racionamiento se obstinaban en convertir en una distancia insalvable.

De las tres o cuatro personas que hicieron que me afincara en España, hace ya casi 10 años, Gonzalo Arias fue la que invitándome a formar parte del staff de profesores de la EMCA me dio la posibilidad de explorar un camino que me ha llenado de satisfacciones; gracias a él mi trabajo de investigación pedagógica se vio nutrido de un sinnúmero de experiencias.

Cuando salí de mi país lo hice pensando en regresar a los seis meses, luego de un viaje de estudios en Europa y en Asia; pero no fue así, no volví nunca. Y no he vuelto porque Gonzalo me retuvo y me dio algo enormemente importante para cualquier inmigrante en cualquier país: la sensación de pertenecer a algo, que eres parte de algo importante para algunas personas.

La continuidad de trabajo que la EMCA me dio me permitió también razonar todas las teorías que sobre el clown he elaborado y me permitió constatarlas con el constante trabajo de campo.

Gracias a este trabajo pude desarrollar también el planteo inicial de la asignatura Teatro en el Curso Anual de Técnicas Circenses de Carampa, que me abrió las puertas a todo el trabajo de investigación sobre la expresividad teatral en el artista de circo.
Así Gonzalo, como tirando una piedra en un estanque, desencadenó una onda expansiva que no hace más que multiplicarse, a veces más súbitamente de lo que soy capaz de ver.

La EMCA, a pesar de su formato de escuela de ocio, a sabido de la mano de Gonzalo sortear el obstáculo y dar verdadera formación de base a una cantidad enorme de artistas no sólo de circo; muchos de los egresados de distintas promociones del Curso Anual de Carampa se habían iniciado allí, y no pocos de ellos han accedido luego a escuelas superiores de circo y a la vida profesional.

También es posible que gracias a la EMCA algunas personas se sientan ahora atraídas seriamente por el circo como medio de expresión e inicien o hayan iniciado su propia búsqueda de un camino que trascienda la técnica y les haga llegar a su propia esencia.

En la EMCA se respira un aire de trabajo, respeto y cariño por la escuela como en pocos lugares he visto y durante el otoño, cada noche cuando salgo de allí después de dar mi clase, veo a los alumnos reunidos en la plaza fuera de la escuela y me pregunto cuál es el destino que me trajo aquí, que hizo que nuestros caminos se cruzaran y que esta gente ahora allí reunida viene a por algo que creen que soy capaz de darles, algo en lo que sin duda alguna, Gonzalo creyó primero.

Por todo esto y algunas cosas más tengo todo mi agradecimiento y cariño puestos en la EMCA y en Gonzalo.

Hernán Gené.

Julio de 2006.